Perdidas sin rumbo
Mucho tiempo había pasado sin escribir por mano de la hermana Mirva. Las cosa no iban bien.
Aquella endemoniada ciudad estaba causando estragos en su antigua hermandad. La Fe definitivamente les había abandonado. Tres herm... compañeras habían caído ya, y Fianna seguía empecinada en enfrentarse con cualquier peligro que le saliera al paso.
El ultimo encuentro, en las ruinas de la antigua universidad, contra unas horribles bestias mitad hombre mitad animal... Sigmar les había abandonado hace tiempo. El resto de las otrora Hermanas Superiores se habían unido en la locura de Fianna, uniendose al festín de sangre y destrucción en el que se estaba convirtiendo cada uno de sus pasos.
Fianna ya aterrorizaba a su enemigos debido a las espantosas heridas que recorrían su cuerpo. Casi la habían perdido en dos ocasiones. Afortunadamente, en este campamento de vagabundos y muertos de hambre había un galeno, que había hecho lo que buenamente pudo para dejar a su jefa lista para seguir combatiendo...
El resto de hermanas superiores se habían ido curtiendo en las batallas. Ya ninguna de ellas oraba, solo esperaban impacientes a la siguiente batalla, como si buscasen la muerte...
Yo misma he sufrido heridas de consideración, hasta he perdido uno de mis ojos ciegos... Gracias a Sigmar... o a quien sea... hace tiempo que me guío por otros sentidos.
Mención aparte habría que hacer de Leonora... En combate sus enemigos dudan antes de atacarle, siempre permanece oculta bajo su capucha y la otra noche la vi desaparecer entre las ruinas. En el convento tenía mis sospechas sobre su oscuro pasado... Ahora esas sospechas son casi certezas, pero no puedo decir nada hasta que esté segura...
Llevamos ya varios días en este campamento. Noto la impaciencia de todo nuestro peculiar grupo, no quieren seguir descansando, aunque nos hacía mucha falta. El otro día todas recibieron con gran júbilo a Fianna. Venía acompañada por, según ella, "un viejo amigo". No me hace falta ver para saber que se trataba de un ogro, su olor lo hace fácilmente reconocible. Sin embargo, creo que no es un ogro de las tierras imperiales, ya que en su olor viaja un toque del gélido norte. Tras el tonto nombre de "Modorro", falso, desde luego, me temo que se oculta un ogro del... no puedo decirlo ni escribirlo. Que Sigmar nos ampare... Si es que algún día lo vuelve a hacer.
Aquella endemoniada ciudad estaba causando estragos en su antigua hermandad. La Fe definitivamente les había abandonado. Tres herm... compañeras habían caído ya, y Fianna seguía empecinada en enfrentarse con cualquier peligro que le saliera al paso.
El ultimo encuentro, en las ruinas de la antigua universidad, contra unas horribles bestias mitad hombre mitad animal... Sigmar les había abandonado hace tiempo. El resto de las otrora Hermanas Superiores se habían unido en la locura de Fianna, uniendose al festín de sangre y destrucción en el que se estaba convirtiendo cada uno de sus pasos.
Fianna ya aterrorizaba a su enemigos debido a las espantosas heridas que recorrían su cuerpo. Casi la habían perdido en dos ocasiones. Afortunadamente, en este campamento de vagabundos y muertos de hambre había un galeno, que había hecho lo que buenamente pudo para dejar a su jefa lista para seguir combatiendo...
El resto de hermanas superiores se habían ido curtiendo en las batallas. Ya ninguna de ellas oraba, solo esperaban impacientes a la siguiente batalla, como si buscasen la muerte...
Yo misma he sufrido heridas de consideración, hasta he perdido uno de mis ojos ciegos... Gracias a Sigmar... o a quien sea... hace tiempo que me guío por otros sentidos.
Mención aparte habría que hacer de Leonora... En combate sus enemigos dudan antes de atacarle, siempre permanece oculta bajo su capucha y la otra noche la vi desaparecer entre las ruinas. En el convento tenía mis sospechas sobre su oscuro pasado... Ahora esas sospechas son casi certezas, pero no puedo decir nada hasta que esté segura...
Llevamos ya varios días en este campamento. Noto la impaciencia de todo nuestro peculiar grupo, no quieren seguir descansando, aunque nos hacía mucha falta. El otro día todas recibieron con gran júbilo a Fianna. Venía acompañada por, según ella, "un viejo amigo". No me hace falta ver para saber que se trataba de un ogro, su olor lo hace fácilmente reconocible. Sin embargo, creo que no es un ogro de las tierras imperiales, ya que en su olor viaja un toque del gélido norte. Tras el tonto nombre de "Modorro", falso, desde luego, me temo que se oculta un ogro del... no puedo decirlo ni escribirlo. Que Sigmar nos ampare... Si es que algún día lo vuelve a hacer.
Maia, Augur de la hermandad sin Fe
Comentarios